La aceleración de procesos como el cambio climático y su impacto en nuestra vida cotidiana en un plazo más corto de lo que imaginamos tienen inmediato reflejo en las políticas de inversión sostenible. Y dichas políticas ya están determinando la dirección y sentido de muchas inversiones en el ámbito privado. ¿Qué ventajas puedo obtener siguiendo este camino inversor en el territorio inmobiliario? ¿Es más caro comprar una casa construida con criterios de sostenibilidad? ¿Qué modelos de construcción cabe destacar? ¿Qué proyección de futuro tiene este floreciente mercado? Son algunas de las preguntas más comunes cuando ponemos sobre la mesa este asunto, así que vamos a procurar responderlas. Acompáñanos.

Un contexto favorable

 Los criterios de sostenibilidad vinculados al ámbito medioambiental, social y de gobernanza –criterios ESG– cada vez están más presentes en la toma de decisiones de los inversores. No es algo pasajero o circunstancial. Es una tendencia consolidada que apunta un crecimiento exponencial y que durante el ejercicio 2020 se tradujo en 1,7 billones de dólares, según datos de Morningstar. Un informe realizado por Deloitte asegura que en 2025 la mitad de los activos mundiales estarán gestionados con estos criterios.

 

John Kerry –delegado para el clima del presidente Joe Biden– no duda en calificar ese mercado como “el mayor de toda la historia”. Y las previsiones de inversión en un futuro inmediato son desbordantes por su vínculo directo con la agenda política global. Como el objetivo es terminar con las emisiones contaminantes, los gobiernos incentivan la inversión sostenible a través de bonos verdes o planean penalizar el incumplimiento de este objetivo con aranceles e impuestos al carbono.

El modelo Passivhaus

 Te preguntaras cómo encajan tus aspiraciones inversoras o tus intereses monetarios a la hora de comprar una casa en este nuevo paisaje socioeconómico. Puede ser que ya te hayas planteado invertir en construcción sostenible o vivir en una casa eficiente sin profundizar demasiado en el tema. Quizá pienses que hablamos más de futuro que de presente, pero estos criterios de sostenibilidad ESG se aplican en nuevos modelos de construcción como las viviendas con certificado Passivhaus.

 Resumiendo mucho, las casas con este sello de calidad son aquellas que tienen un consumo energético prácticamente nulo y están construidas para cumplir con exigentes requisitos en cuanto a demanda de calefacción, refrigeración y energía primaria. Son edificaciones meticulosamente planificadas en su orientación solar, provistas de un aislamiento especial muy eficiente, con ventanas de altas prestaciones y que disponen de sistemas de recuperación de calor y renovación del aire. Estas premisas estructurales se pueden aplicar en todo tipo de construcción, utilizando materiales convencionales y adaptando el diseño a cualquier estilo. La ventaja es que apenas consumen energía y que multiplican el confort de sus habitantes. Como el gasto energético es ínfimo, este puede cubrirse fácilmente con energías renovables. Sí, esas energías que los gobiernos están más que dispuestos a bonificar e impulsar.

Todo tiene un precio

Menos gasto, más confort, reducción drástica de emisiones contaminantes…   Hablamos de una propuesta difícil de igualar, pero todos sabemos que la excelencia tiene un precio. ¿Cuál es el de Passivehaus?. Silvia Heredia es arquitecta y Co-CEO de Hábitat Urbano, estudio y constructora especializado en este tipo de viviendas. La mitad de su carga de trabajo actual llevará sello Passivhaus a la entrega de obra y sus clientes pagarán “en torno a un 15 o 20 por ciento más con respecto al coste de construcción de una vivienda proyectada en base al Código Técnico de la Edificación (CTE)”. Son casas más caras, pero las ventajas económicas se hacen notar con el tiempo, según explica Heredia: “Con el ahorro en el consumo energético que se consigue con una Passivhaus en relación con el consumo energético de una vivienda de CTE, ese incremento de precio puede amortizarse en un periodo de entre 10 y 12 años”.

Una cuestión de interés común

Para que un estándar de eficiencia energética como Passivhaus prolifere se antoja necesaria su inclusión en la agenda política. Ya hemos comprobado que los gobiernos están por la labor de favorecer las inversiones de carácter sostenible, pero comprar una casa Passivhaus sigue siendo más caro en el corto plazo que adquirir una vivienda convencional. Aún así, veremos que se trata de una inversión interesante que trasciende lo individual para instalarse en terreno colectivo.

Silvia Heredia reconoce que muchos potenciales clientes de Passivhaus deciden optar por un estándar de construcción más barato, pero es optimista y augura un mañana brillante para este modelo habitacional sostenible, que encaja con las proyecciones para el ámbito ESG a las que nos referíamos al principio de este artículo: “Entendemos que con políticas de estímulo hacia inversiones sostenibles, el estándar Passivhaus tiene una muy buena proyección a futuro ya que, como decíamos antes, es una buena inversión económica pero también social. Es evidente que una vivienda Passivhaus ofrece claras ventajas con respecto al modelo convencional. Entendemos que en el momento en el que ese incremento de precio del que hablamos cuente con facilidades de financiación o con cualquier otro tipo de ayuda para poder acometerlo, mucha más gente optará por este modelo y eso supondrá realmente el despegue para este sector. La popularización de este tipo de viviendas será cada vez mayor, y entendemos que irá creciendo en la medida en la que vaya aumentando el número de usuarios de las mismas, que actualmente sigue siendo reducido debido a lo anteriormente comentado”.

Construyendo un futuro para todos

Volvamos al principio de este artículo: ¿Merece la pena invertir en vivienda sostenible? Para nuestra especialista, no hay motivo alguno que nos impida afirmarlo, pero subraya ese importante matiz del plazo de amortización: “Se trata claramente de una inversión a futuro puesto que el ahorro de estas viviendas en el consumo energético supone un retorno de la inversión total. Por otro lado, en nuestra opinión, una vivienda certificada Passivhaus, por todos los motivos comentados antes, pronostica un valor al alza futuro mucho más estable que el del resto de viviendas”. Además, señala un valor añadido menos inmediato pero sin duda estimable, que apela a nuestra responsabilidad social:  “Adicionalmente, desde nuestro punto de vista, los promotores de este tipo de viviendas son partícipes en primera persona de la conciencia ecológica necesaria para hacer sostenible nuestro planeta”.

Como ves, estos nuevos modelos de construcción amplían tus posibilidades a la hora de invertir en vivienda y ofrecen soluciones a problemas urgentes que nos afectan a todos. También nos obligan a afinar cuando toca hacer números. Puede que durante la lectura hayan surgido todavía más preguntas o hayan aflorado otras cuestiones sobre vivienda sostenible, así que no dudes en compartirlas con nosotros.